“Siempre ha tenido simpatías entre nuestra juventud la carrera de medicina, goza de un gran aprecio social, cuenta con gran prestigio”. Fidel Castro Ruz.

Hace menos de veinte y un días que a la doctora Cosset Mantecón Román se le dió la gigantesca tarea de ir a prestar sus más nobles servicios y conocimientos al asentamiento rural de "Ana Luisa". Dispuesta, como si su sexo no fuera el más débil catalogado por expertos en la materia. Nos subimos a un ómnibus denominado "Carahata" y hasta el rincognito destino no paramos. Una vez allí, la esperaba su nueva comunidad, sus nuevos vecinos y entre ellos la compañera Marcia Ramos Echegollen, la delegada de la zona que con cariño y alegría le repetía una y otra vez "no te preocupes, entre todos te ayudaremos".

Pasaron los días y la doctora con su armadura de metal con forma de mujer, con sus ojos pintados pero su carácter fuerte, sus uñas arregladas pero oliendo a óleo de mujer cada día recorre la comunidad, rescatando los criterios fundacionales del Programa del Médico y Enfermera de la Familia, en la actualidad llamado "Equipos Básicos de Salud".

Así, está Nobel pero emprendedora galena, dispenza a sus pacientes y población en general, que al decir de Mariana Grajales nunca titubeó al mandar a sus hijos a la guerra de independencia.

Marcia, con ella, entra al establo, selecciona el equino y con el nombre de "Rosinante" empieza cada mañana una nueva aventura, para ella no hay nada más importante que salvar a sus pacientes de la enfermedad tomada como enemiga, para el autor español..."Los Gigantes Molinos".