El insigne médico cubano Tomás Romay Chacón, muere un día como hoy 30 de marzo del año 1849 y  a 172 años de su fallecimiento su impronta científica, está presente. Sus contribuciones al desarrollo de la medicina cubana cobraron gran alcance y reconocimiento pues los médicos cubanos conocieron el procedimiento de la eficaz inoculación preventiva contra la viruela.

Su labor profiláctica tuvo gran reconocimiento y es conocido como  líder en la prevención de enfermedades contagiosas hace más de un siglo, pues asumió la tarea de conservar y propagar la vacuna en el territorio insular; así como también, consagró su vida a ese propósito. Este ingenioso precursor de las ciencias  desde su puesto abogó  por la vacunación múltiple de cada persona y  por el carácter obligatorio que debía tener para la población.

El eminente científico cubano realizó también aportes a las ciencias naturales y la cultura nacional, fue un hombre de ciencias que no vaciló en poner en práctica sus estudios con sus propios hijos para demostrar que el descubrimiento era eficaz. Introdujo una visión científica de los problemas de la Medicina.   

Tomás Romay es considerado el primer higienista cubano por sus acciones de prevención de enfermedades y de promoción de la salud. Con gran sutilidad e inteligencia supo convencer a la población de los beneficios de enterrar a los muertos en extramuros y luego, demostró  la utilidad de la vacuna como medida preventiva.

Hoy cuando son tiempos difíciles, en los que el mundo se enfrenta a numerosas catástrofes naturales, enfermedades trasmisibles, pandemias y virus debemos confiar en los esfuerzos que realiza nuestro país con su sistema de salud  para mitigar los daños que nos pudieran ocasionar. Además del esfuerzo de todos para combatirlas y librar la batalla.

 El presente nos obliga a cambiar actitudes y modos de pensar y actuar, debemos aunar esfuerzos y ayudar a nuestros científicos que están en constante investigación, sintetizan y aplican candidatos vacunales que pueden contrarrestar la covid 19, y ser perseverantes como Tomás Romay para encontrar la más efectiva.